18 de noviembre de 2011

Cañón Tormenta de los Marines Espaciales.

Bien, en mi grupo de compis warhammeros, ninguno de nosotros 4 llevamos Marines Espaciales vainilla, así que no suelo tener la oportunidad de saber si el Cañón Tormenta es una buena opción, o como muchos piensan, hay mejores opciones en el codex Marines Espaciales. Yo voy a analizar las distintas opciones y daros mi opinión contra que tipo de ejércitos puede venir bien el Cañón Tormenta, para que no sea una opción que caiga en el olvido.

Deciros como siempre que si os gusta una unidad (en éste caso el Cañón de Tormenta), ¿por que no metedlo? No importa que la mayoría de listas de Marines Espaciales no lo jueguen (al menos las que he visto yo); así que si os gusta, adelante, no dudéis en incluirlo de vez en cuando.

17 de noviembre de 2011

Pachanga warhammera.

En la época de la 3ª edición, jugaba muchas partidas con mi compi Alexis (el cuál empezó con los Ángeles Oscuros y acabó siendo un gran general de la Guardia Imperial) en su casa. La mayoría de partidas (salvo una, creo recordar) en las que él llevaba GI me las ganó. Un día, le dije de que cada uno nos inventásemos un ejército basado en otro, y aceptó.

En aquel tiempo, en una White Dwarf, salió una unidad de Marines Espaciales que había ganado un premio Golden Demon, unidad denominada como Hijos de Esparta; Marines gladiadores con alabardas y bólteres. Pues bien, yo hice mi ejército inventado sobre éstos Hijos de Esparta (tomando de base el codex Marines Espaciales).

Mi colega Alexis utilizó como base el codex Guardia Imperial y creó unos humanos psicópatas kamikaces que iban montados en helicópteros explosivos, capaces de llevarse por delante a cualquier unidad enemiga si se estampaban contra dichos rivales.

Pues creo que ésta fue una de las partidas en las que mejor me lo he pasado núnca, ya que en cada turno nos sorprendíamos mutuamente sobre las ideas que el rival había tenido en cada una de sus unidades. A mí me salvó la partida una unidad que me inventé, a los cuáles les llamé Leones de Piedra; su perfil era todo con 2 (HA, HP, F, R, H, I, A, L, S); costaban 22 puntos y el número que podía haber en la unidad era entre 2 y 22 (vale, me dió ese día por el número 2 jajajajaj). Una regla que les puse a éstos Leones de Piedra (aparte de Coraje) era que tiraban 3d6 en terreno dificil y elegían el mejor resultado (la regla se llamaba Reyes de la Selva); pues ésta regla fue la que me salvó la partida, ya que mi colega había puesto no se que historia en uno de sus Psicópatas Kamikaces que hacía que todo (o casi) el terreno fuese difícil.

Por desgracia no recuerdo mucho más, pero creo que me acabó destruyendo gran parte del ejército, salvo los Lobos de Piedra que iban ultraveloces a por las unidades de Psicópatas Kamikaces acabando con ellos conforme llegaban. Grácias a los leoncitos, gané la partida.

Vuelvo a repetir que sin duda fue una de las mejores partidas que núnca he jugado, ya que nos olvidamos de la rutina del juego y nos centramos en la diversión y en ver quien de nosotros sacaba mejores ideas a la hora de inventarse un ejército a raíz de otro. Haber si un día mi colega Alexis vuelve a jugar y nos volvemos a inventar otra vez un ejército cada uno para pasar un rato inolvidable.

Éste post va dedicado a tí Alexis =)