29 de septiembre de 2010

Reglas Caseras: DRÁCULA.

Todos sabemos cosas del que fuera el príncipe de los Vampiros. Pero, ¿cómo podría quedar reflejado éste ser, en el siniestro milenio?

Toda ésta historia, empieza en las más oscuras tierras de Europa. Tierras que pocos hombres se atreberían ni siquiera a rodear. La tierra del miedo, conocida como Transilvania.

El Héroe Vlad  El Empalador fue un gran guerrero de la casta del Dragón.

Fiel a su estilo de luchador, lideró una gran ofensiva hacia un pueblo que se reveló: los turcos.

Vlad fué uno de los que más soldados enemigos mató, aunque sus ganas de luchar eran debido al gran amor de su vida: Elisabetta.

Cuando los turcos vieron que era casi imposible acabar con Vlad, decidieron huir. Unos mensajeros turcos crearon una falsa noticia que llegó a los ojos del amor de Vlad: en dicha carta, decía que su querido amor había muerto.



Sin ganas de vivir, y creyendo haber perdido a su gran amor, Elisabetta decidió no seguir sufriendo más, y se lanzó desde una de las ventanas del castillo, que daban a un río, a un bajísimo nivel, viendo la altura de dicha ventana.

Al volver del combate, Vlad vió cómo todo por lo que él había luchado, no merecía la pena. Perder a su amor, a costa de la lucha, no hizo en él nada más que sentir odio y venganza de sus creencias. Así fue como Vlad se reveló a sus propias creencias religiosas, y vendió su alma al diablo. Aquí nació el Conde Drácula.

El pacto que hizo con el demonio, era de tener la vida eterna, a cambio de alimentarse de sangre humana. Muchos fueron los siglos en los que el Conde Drácula vivió de ésta forma.

Siglos después (unos 400 años después), empezó a comprar viviendas en la ciudad de Londres. Nunca imaginaba que el amor de su vida, se había reencarnado en una joven de la ciudad, llamada Mina. No dudó en cambiar su monótona vida, y hacer lo imposible por recuperarla.

Navegó durante días, hasta llegar a la capital de Inglaterra. No tardó en dar con la joven. Para entonces, había recuperado su aspecto juveníl, lo que le convertía en un ser aún más peligroso si cabe.

Durante semanas, estubo con su reencontrado amor. Pero el actuál marido de la joven y algunos más, atacaron las cajas donde el Conde Drácula abergaba su poder. Al Conde no le quedó otro remedio que volver a su Transilvania natal. No sin antes, dejar su sello en Mina.

Tanto ella como su actúal marido, además del doctor Van Helsing, siguieron a Drácula hasta su castillo, para acabar con él. Tras una sangrienta batalla en las puertas del castillo, lograron herirle de gravedad. Su querida Mina fué quien acabó con el sufrimiento del Conde. Antes de morir, volvió a ser el Vlad que un día fué. Así terminó la historia del Conde Drácula, hasta ése momento.

Miles de años después de su fallecimiento, se extendió un rumor en el interior del Imperio. Eran muchas las leyendas de que éste ser había existido. El Imperio decidió entonces buscar sus cenizas, antes de que ningún enemigo lo hiciese. Pero llegaron tarde. Abaddon el Saqueador ya sabía de todos éstos rumores, y sabía que si conseguía resucitar a éste ser, podría conseguir su mayor deseo: tener un aliado de similares características a él, y que también odiase a la humanidad.

Abaddon cambió su aspecto y desapareció durante algunos años. Consiguió infiltrarse en uno de los transportes que llevan armamento a Terra. Una vez allí, se empezó a mover, en busca de las cenizas del Conde. Al llegar al castillo (puesto que sólo él sabía donde estaba), sólo encontró un caliz dorado. En su interior habían unas cenizas un poco especiales. El brillo que salía del interior del cáliz, hizo tropezar a Abaddon. Al caer, se hizo una pequeña herida. Parte de su sangre calló en las cenizas.

De repente se hizo denoche en toda aquella zona. Un temblor inquebrantable hacía mover al castillo. Tras varios destellos de luz, pequeños rayos, y un fogonazo de luz solar, apareció la silueta de un hombre, muy alto, incluso más que Abaddon. Las primeras palabras de éste ser, fueron: No has debido despertarme. ¿Por que lo has hecho? Abaddon le dijo que le necesitaba, para poder crear una gran invasión a gran escala, hacia Terra, y poder acabar con todo el Imperio.

La respuesta de Drácula fue: Yo odio a todos los humanos, y a cualquier ser viviente. No me importan los bandos de cada víctima. Sólo quiero saciar mi sed de sangre. No pertenezco a nadie. Para mí, tú eres un simple humano. De momento, te perdono la vida, por haberme hecho volver, pero la próxima vez que nos veamos, tu fin será antes que el mío . Tras decir ésto, el vampiro se convirtió en niebla, y desapareció. Abaddon sufrío al ver cómo otro ser se negó a aliarse con él. No le quedó otro remedio que volver a su Ojo del Terror.

El Conde Drácula vió cómo había avanzado el mundo, mientras él no estubo. Los humanos habían conseguido viajar a rincones de la galaxia, a años luz de Terra. Decidió que era el momento de crear su nueva era de dolor.

Al ser inmortal, no necesitaba naves para viajar por el espacio. Fué de planeta en planeta, buscando razas a las que hacer sufrir, y si eran humanos, mejor que mejor. Así empezó la nueva era de terror, la era del rey de los Vampiros.


Tras escribir trasfondo, veamos cómo podría ser el Conde Drácula en una partida de Warhammer 40000.

REGLAS ESPECIALES:
- Coraje, Enemigos Predilectos, Veloz, Personaje Independiente, Atacar y Huir, Asalto Rabioso, Criatura Monstruosa.

- Vuelo: su capa le permite tener las mismas reglas que si tuviese retrorreactor.

- Odio a todo: al inicio de la batalla, cuandos ambos ejércitos están desplegados, ambos jugadores tiran 1d6. Si alguno de ellos saca un 1, Drácula estará en el campo de batalla. Se elige aleatoriamente una unidad de cada una de las listas de los ejércitos. Se incluyen a vehículos y las unidades que estén dentro de él. A partir de entonces, esas unidades pasan a estar controladas por Drácula. Las unidades/vehículos atacarán a los que habían sido sus compañeros, hasta que mueran o muera Drácula. Las unidades/vehículos que vallan a entrar en el tablero por despliegue rápido, reservas, o con flanquear, no podrán hacerlo al menos hasta su turno 3º. Ésto afecta también a los vehículos como las cápsulas de desembarco, esporas micéticas, etc.

- Sin control: Drácula no se alía con ningún ejército. Se despliega en el centro del campo de batalla. Durante el primer turno, nadie podrá dispararle ni asaltarle. En turnos posteriores, sí se podrá. Drácula tiene turnos en todos los turnos de jugador. Para mover, tirar un dado de dispersión. la flecha, indica en que dirección irá Drácula, y moverá todo lo posible a por la unidad más cercana que halla en ésa dirección. Si sale el punto de mira, repetir la tirada, hasta que salga la flecha. Si mata a una unidad, irá a por la unidad más próxima del rival que acabe de perder su unidad (así siempre, atacando una unidad de cada ejército).

- Niebla: Cuando a Drácula le ataquen una o más unidades de cada bando, a la vez, en cuerpo a cuerpo, tendrán una leve oportunidad de que Drácula se retire del tablero. Si ocurre ésto, Drácula tendrá que superar un chequeo de Liderazgo (con un -2). Si lo falla, se convertirá en niebla y desaparecerá del tablero, ya que piensa que ha matado lo suficiente como para seguir en el campo de batalla, y prefiere ir a buscar nuevas víctimas en otros mundos. Las unidades que estén siendo controladas por él, volverán a la normalidad.

- Hijo de la Noche: sus ataques son como si llevase 2 espolones sangrientos (ver codex Ángeles Sangrientos), además de los efectos de ser Criatura Monstruosa.


ATRIBUTOS:  PUNTOS - gratis (ver arriba)

HA 7   HP2   F6   R7   H4   I6   A5   Ld10   Salvación 2+/4+ invulnerable.

2 comentarios:

  1. Como te mola inventarte este tipo de personajes, eh? =D

    Eso de que Abaddon se tropezara y se hiciera sangre queda un poco... raro, no sería más lógico que lo hiciera a posta para resucitarlo? xDDD

    Y como nota, Mina (tanto en la peli de Coppola como el libro) no se casa con Van Helsing, sino con Jonathan Harker =)

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  2. Anda que no, si es que todo lo que se me pasa por la cabeza os lo pongo aquí (incluyendo paranoyas, jeje).

    La verdad es que sí, sería mejor eso de que Abaddon se hiciese la herida a caso hecho, pero como empecé a escribir de bullas, pos dejé detalles sin escribir =)

    PD: ¿Puse que Mina se casa con Van Helsing? Lo que dije es que Mina, su marido, además del doctor Van Helsing, le siguieron a su castillo (aunque no sería la primera ni la última vez que pueda yo tener un fallo al escribir)...

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